“Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David…” El ídolo de Tlatilco y Tepito está de fiesta. Sin gorro, pero con pastel, en la tierra de la eterna primavera, el Cuau llegó a una más. ESTO, su fiel y añejo amigo, fue testigo de la vuelta número 46 que Blanco le dio al calendario. El cabello cada vez es menos, las arrugas van en aumento, pero él es el mismo de siempre.
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